Cada año, más de 700.000 niños menores de cinco años pierden la vida en el mundo a causa de la Neumonía, de acuerdo a datos de la UNICEF. De ellos, más de 153.000 son recién nacidos, un grupo especialmente vulnerable.
La neumonía se desarrolla como una infección respiratoria aguda que afecta los pulmones. Puede ser causada por diversos agentes infecciosos como virus y bacterias presentes en el ambiente. Los niños más vulnerables a la neumonía son aquellos con sistemas inmunológicos inmaduros o debilitados, como los recién nacidos y aquellos con diagnóstico de desnutrición.
Los síntomas comunes de la neumonía incluyen tos, dificultades para respirar y fiebre. Los niños afectados a menudo muestran una respiración rápida y, al inhalar, su pecho se hunde, un signo de alarma por falta de oxígeno. Además, la neumonía es altamente contagiosa y se propaga a través del aire y fluidos corporales, lo que la convierte en un enemigo silencioso.
Los profesionales de la salud pueden diagnosticar la neumonía mediante un examen físico que incluye entre otros: la observación del patrón respiratorio del niño, la auscultación de los pulmones y la medición de la oxigenación Además su diagnóstico se confirma con una radiografía de tórax y/o o análisis de sangre.
El tratamiento de la neumonía depende de su causa, si es viral requerirá tratamiento de soporte como oxígeno e hidratación; si su causa es bacteriana va a requerir de tratamiento antibiótico.
Para evitar la neumonía, debemos fortalecer las medidas de protección, como garantizar una nutrición adecuada, mantener el esquema de vacuvnación de nuestros hijos al día y promover prácticas de higiene, como el lavado de manos de forma adecuada.
Existen vacunas que pueden prevenir la neumonía causada por bacterias o virus. Sin embargo, más de la mitad de los niños en todo el mundo no tienen su esquema de vacunas al día. En el Día Mundial contra la Neumonía, recordemos que la prevención y el compromiso son cruciales para proteger a nuestros niños de esta enfermedad mortal. Con esfuerzo y cooperación, podemos garantizar un futuro más saludable, lleno de bienestar para las generaciones venideras. La tranquilidad de saber que estamos haciendo todo lo posible para proteger a nuestros niños de la neumonía es un compromiso que debemos asumir. Cada niño merece la oportunidad de crecer sano y feliz.